sábado, 30 de enero de 2016

Anécdota de Cine: La comida en el cine es carísima...

Anécdota de Cine
La comida en el cine es carísima...



¿Alguna vez haz intentado meter a escondidas tu propia comida al cine? Si lo haz hecho, se debe a dos principales razones: 
1- Eres pobre.
2- Claro esta, esta prohibido hacerlo, pero la cuestión es que la comida en el cine es CARÍSIMAaaaa. 

Según cálculos comparativos, aproximadamente la comida en los cines cuesta 5 veces más de lo que costaría en otros lugares. ¿Consideras que esto es un abuso? Por supuesto que lo es. Yo por eso les digo: "Me estas vendiendo Pop Corn, no pepitas de oro". Entonces, si haz tratado de introducir alguna vez de manera ilegal tu propia comida ha una sala de cine, no te sientas tan mal, no eres el único. Aun así, a pesar del aprovechamiento descarado por parte de los cines ¿Sería apropiado hacerlo? ¿Es eticamente correcto?
De aquí parte nuestro relato de hoy, la siguiente anécdota vivida les dejará patente que no vale la pena hacerlo, ya que las consecuencias pueden ser muy penosas. Espero que la siguiente historia les sirva para que no les pase lo mismo y no sufran semejante vergüenza.




Todo inició cuando mis amigos y yo decidimos ir a ver una película, nuestro objetivo era no gastar en comida en el cine, así que planeamos llevar nuestra propia comida.

Fuimos muy bien preparados desde nuestras casas, llegamos al cine el cual se encuentra en un centro comercial, algunos de nosotros fuimos a comprar algunas cosas restante al súper mercado más cercano mientras el resto hacia fila para comprar las entradas.


No fue fácil pasar desapercibido todo el producto, todos llevábamos mochilas con ropa nuestra cubriendo el contenido ilegal. Pero tuvimos suerte, no revisaron minuciosamente nuestras cargas a pesar de notarse abultadas.

Logramos por fin entrar todos a la sala correspondiente, los avances terminaron y la película por fin comenzó, todo parecía ir bien hasta que, a los primeros 10 minutos pararon la película, las luces se encendieron de nuevo, los empleados, encargados e inclusive los guardas del cine se dirigieron a nosotros directamente, mis amigos y yo fuimos sacados de la manera mas abrupta posible. Nunca en mi vida había pasado una vergüenza tan grande, nos trataron como unos peligrosos criminales. No lo podía creer, habíamos sido tan discretos, supongo que lo que nos delato fue el humo.


Moraleja de la historia:
Nunca hagas una parrillada en el cine.    




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